El presidente Javier Milei volvió a quedar en el centro de la polémica tras publicar en sus redes sociales una historia de Instagram en la que aparece Ian Moche, un niño de 12 años con autismo, acompañado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La publicación generó un inmediato rechazo en diversos sectores, al considerar que el mandatario utilizó la imagen de un menor con discapacidad en el marco de una disputa política.
La foto, que corresponde a un encuentro entre el niño activista y la entonces vicepresidenta ocurrido hace aproximadamente un año, fue rescatada días atrás por Cristina Kirchner en sus propias redes. La reciente difusión del video habría motivado la respuesta de Milei, quien decidió repostear la imagen con un comentario irónico que provocó fuertes críticas.
Activismo y respeto
Ian Moche es reconocido por su labor de concientización sobre el espectro autista. A través de sus redes sociales, promueve una sociedad más inclusiva y ha impulsado iniciativas legislativas vinculadas a la salud y la educación. El encuentro con la exmandataria se dio en ese contexto, con el objetivo de visibilizar los desafíos que enfrentan las personas autistas y sus familias.
La reacción del presidente, sin embargo, fue interpretada por muchos como un ataque personal hacia un menor que no forma parte del debate político. En redes sociales, miles de usuarios manifestaron su repudio, apuntando al uso indebido de una imagen sensible. “Siempre elige como enemigos a quienes no pueden defenderse, nunca enfrenta a los poderosos”, expresó en X el usuario @pablo_sudria, en uno de los mensajes más compartidos.
Repercusiones
La publicación encendió una nueva controversia en el ya caldeado clima político. Mientras sectores afines al oficialismo minimizaron el episodio, gran parte de la sociedad civil, organizaciones vinculadas a la discapacidad y figuras de distintos espacios condenaron el gesto del presidente, al que calificaron de “deshumanizante” e “imprudente”.
La familia de Ian no se expresó oficialmente al respecto, aunque en anteriores oportunidades ha defendido el rol del joven como comunicador y referente social. El episodio vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre los límites éticos de la comunicación política, especialmente cuando se trata de menores o personas con discapacidad.