A partir del 24 de junio, Argentina entró en “default ambiental”, es decir, el país usó todos los recursos naturales disponibles para este 2022 y en adelante, todo lo que se utilice quedará como “deuda” en la cuenta de lo generado. Así lo determinó nuestra Huella Ecológica, un indicador que busca generar conciencia al medir la velocidad en la que estamos “consumiendo el planeta”.
La Global Footprint Network (GFN), Red Global de la Huella Ecológica, fija la fecha que se modifica todos los años basado en el consumo que la humanidad realiza de los bienes y servicios naturales y la capacidad de respuesta que tienen los ecosistemas para reponer esos recursos.
En el país, esa fecha fue el viernes pasado y es un mes antes de la estimada para el resto del planeta, que será el 28 de julio.
“Los datos dejan en evidencia que si todo el mundo viviera como lo hacemos en Argentina, se necesitarían alrededor de dos planetas para abastecer los recursos naturales que sostienen nuestro sistema de producción y consumo”, afirmó Manuel Jaramillo, director general de Fundación Vida Silvestre Argentina, quien presentó los resultados de la “huella ecológica”.
Según la organización, Argentina se encuentra dentro de los países que aún cuentan con reserva de biocapacidad -entendida como sus reservas en términos ecológicos- para producir recursos y proveer servicios ambientales, detrás de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Sin embargo, hay datos alarmantes de nuestro país que dan cuenta que aún hay mucho por hacer al respecto, considerando además que a pesar de nuestra alta biocapacidad estamos por encima de la media a nivel mundial.
¿Qué es la Huella Ecológica?
La Huella Ecológica es la métrica de contabilidad de los recursos biológicos más completa disponible. Sobre la base de 15.000 puntos de datos por país por año, suma todas las demandas competitivas de las personas por áreas biológicamente productivas: alimentos, madera, fibras, secuestro de carbono y capacidad de infraestructura. Actualmente, las emisiones de carbono de la quema de combustibles fósiles constituyen el 60 por ciento de la Huella Ecológica de la humanidad.
Medidas para reducir el impacto
- Ser responsables con nuestros residuos. Debemos darle una adecuada disposición separando aquellos que son reciclables de los que no. Las colillas también son basura, apagarlas cuidadosamente y descartarlas en la basura, no en la calle.
- Reducir el desperdicio de alimentos a la mitad. El desperdicio de comida representa el 30% de los alimentos producidos a nivel mundial. Esto significa que, entre otras cosas, nos estamos sirviendo comida que no vamos a comer. Cambiar esto empieza en actos tan sencillos como servirte sólo la porción que vas a comer.
- Buscar alternativas sustentables que nos permitan compatibilizar con nuestros consumos, pero sobre todo con la conservación de nuestros ambientes naturales.
- Recorrer a pie o en bici todo lo que puedas, así ayudas a reducir el consumo de combustibles fósiles.
- Utilizar con moderación los recursos naturales, como el agua y la energía, porque son bienes escasos.