La recesión, la suba de tarifas y la incesante inflación golpean el bolsillo de los argentinos y la consecuencia la continúan pagando las pymes, que, por quinto mes consecutivo, ven cómo se desploma su actividad. Según un informe de CAME, las ventas minoristas cayeron un 7,3% anual durante mayo y suman un retroceso acumulado del 16,2% durante los primeros cinco meses del año. A pesar de esto, hubo un leve rebote del 6,6% en la comparación mensual desestacionalizada.
En el análisis por rubro, cinco de los siete sectores evaluados tuvieron disminuciones en comparación con el mismo período del año anterior. Solo textiles e indumentaria y calzados escaparon de la tendencia general, aunque con bases de comparación bajas: la mayor retracción anual se detectó en Perfumerías (-27,8%) y los únicos que tuvieron aumentos fueron la Textil e indumentaria (+14,1%) y Calzados (+0,4%).
El dato surge del Índice de Ventas Minoristas Pymes de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.251 comercios minoristas del país, realizado entre el 3 y 7 de junio.
En relación a los alimentos, hubo una variación interanual negativa del 9,4%, lo que acumula un 20,9% en este primer semestre del gobierno de Javier Milei, si bien los aumentos de precios fueron mucho más modestos que meses anteriores.
Según el relevamiento, 7 de cada 10 negocios mencionaron la caída de las ventas como su principal problema. Otros puntos conflictivos fueron los altos costos logísticos y los problemas de cobranza, lo que se suma a otros gastos como energía, combustible, alquileres y salarios al alza, lo que complicó la rentabilidad del empresario.