Por efecto de la sequía el país pierde un liderazgo de 25 años como exportador mundial de harina de soja

Se desplomó la producción de harina de soja afectado por el impacto climatológico y Brasil toma la delantera. Después de 25 años, Argentina pierde su liderazgo como mayor exportador mundial de harina de soja.  Por el impacto de la sequía, y una permanente reducción en la producción de granos y derivados,  Brasil tomó el liderazgo en cuanto a las exportaciones […]

Se desplomó la producción de harina de soja afectado por el impacto climatológico y Brasil toma la delantera.

Después de 25 años, Argentina pierde su liderazgo como mayor exportador mundial de harina de soja. 

Por el impacto de la sequía, y una permanente reducción en la producción de granos y derivados,  Brasil tomó el liderazgo en cuanto a las exportaciones a nivel mundial. Argentina cerrará el año con  un nivel de exportaciones de 21,1 millones de toneladas,  un 21 por ciento menos que el ciclo anterior, según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

Argentina se destaca como el cuarto productor mundial, en tanto sólo se encuentran por encima de nuestro país China, Estados Unidos y Brasil, mientras que el quinto puesto lo ocupa la Unión Europea. 

Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), se estima que estos cinco principales productores concentran más del 80% del volumen de harina de soja producido a nivel global. Sin embargo, como localmente se consume poco, en  contraste con el resto de los principales productores, Argentina tiene mayor saldo exportable y es desde 1997 líder en exportación del producto.

No obstante, siendo innegable el impacto de la sequía, también hay un efecto de crecimiento en la producción mas aletargado que el resto de los productores. “Si analizamos la participación de Argentina en la producción global, se observa que mientras en la campaña 2010/11 el 17% de la producción se localizaba en nuestro país, este porcentaje disminuyó al 13% para la campaña 2020/21 y al 10% para la campaña en curso”, destaca el informe de la BCR, lo que también pondría de manifiesto que  la producción global ha crecido a un paso más acelerado que la producción a nivel local.

Mientras que la producción local totalizó 30,3 Mt para la campaña 2021/22, este volumen disminuyó un 22% para alcanzar apenas 23,6 Mt durante el ciclo actual, ubicándose como el volumen producido más bajo desde 2004/05. Sin embargo, la recuperación proyectada en la cosecha de la oleaginosa para la próxima campaña generaría un crecimiento en la producción local cercano al 14%. En contraposición,  Brasil incrementó notablemente su producción  tras obtener un récord de cosecha de la oleaginosa

Según las estimaciones de la BCR, las exportaciones de Argentina serían de 21,1 millones de toneladas esta campaña, mientras que Brasil vendería al exterior 21,5 millones de toneladas.

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La demanda

Con respecto a las compras globales, entre los principales importadores de harina de soja se encuentran actualmente la Unión Europea, Indonesia y Vietnam, concentrando más del 42% del volumen de compras.

Sin embargo, es importante destacar que la Unión Europea muestra un descenso en su nivel de demanda con el correr de los años debido a un menor consumo doméstico, en tanto el volumen de compras por parte de Indonesia y Vietnam ha mostrado una tendencia ascendente.

Aun así, se proyecta un importante nivel de demanda por parte de los países del viejo continente para la próxima campaña, principalmente para satisfacer un consumo doméstico aún elevado de 26,9 Mt que no llegaría a cubrirse con producción local.

Finalmente, según las previsiones actuales de oferta y demanda mundial de World Oil, se proyectan excedentes en la producción de harinas oleaginosas para la campaña 2023/24, llevando a un aumento de las existencias que podría repercutir en los precios.

Con respecto a la harina de soja, hay que destacar que los precios durante la campaña actual se mantuvieron sostenidos por la reducción de la producción y exportación de nuestro país, que no pudo ser compensada por otros países proveedores, y se espera que el sostén en los precios continúe hasta diciembre de este año. No obstante, a partir de principios de 2024, la producción mundial y los suministros de exportación de harina de soja aumentarían drásticamente, por lo que se proyecta una caída pronunciada en los precios entre enero y junio de 2024, disminuyendo entre 24% y 29% con respecto al año anterior.