Desde que las clases presenciales volvieron en 2022, el tema de la repitencia se ha convertido en el foco del debate educativo. Sin embargo, discutirlo aisladamente del proceso de aprendizaje de los alumnos es inútil. Como cualquier otra estrategia didáctica o pedagógica, el impacto depende de una serie de factores que forman parte de dicho proceso.
El último informe del Observatorio de Argentinos por la Educación sugiere que este debate está mal enfocado. El estudio analiza los datos sobre la sobreedad y la repitencia en la escuela primaria, y luego los compara con los resultados de las pruebas Aprender 2021 de sexto grado.
Según el informe, en 2016 ingresaron 746,565 alumnos a primer grado con la edad correspondiente y 20,267 con sobreedad. De esos alumnos, el 92% llegó a sexto grado en el tiempo esperado (686,665). El desgranamiento no se concentra en un año determinado sino que ocurre a lo largo de toda la primaria.
Es importante destacar que la retención en la escuela primaria es alta, pero los resultados sobre los contenidos alcanzados son mucho más desalentadores. Solo el 43% de los alumnos que llegaron a sexto grado en el tiempo esperado alcanzó un nivel satisfactorio de conocimientos en lengua y matemáticas.
En consecuencia, en todo el país, el 57% de los alumnos comienza la secundaria sin haber adquirido los aprendizajes básicos necesarios. Esto lleva a que solo 16 de cada 100 alumnos argentinos terminen la escuela secundaria en tiempo y forma, es decir, con la edad y los conocimientos esperados.
Los porcentajes a continuación hacen referencia al primer grupo. A nivel país se observa que el 43% de los estudiantes que ingresaron a primer grado en edad teórica en el 2016, llegaron al 6to grado en edad teórica y con los conocimientos al menos satisfactorios tanto en lengua como en matemática. Al desagregar por provincias se presentan variaciones en los resultados. Las tres provincias con mayor Índice de Resultados Escolares son: CABA (63%), Córdoba (56%), Río Negro (47%) y La Pampa (44%).
Melina Furman, coautora del informe, afirma que estos resultados demuestran que las dificultades en el aprendizaje no comienzan en la secundaria, sino que deben abordarse en la primaria. Un alto porcentaje de alumnos comienza la secundaria sin una base adecuada, lo que les dificulta seguir aprendiendo y puede conducir al fracaso escolar posterior.