La joven de 25 años había sido contactada por el arquero Sebastián Sosa para encontrarse en el hotel donde concentraba el equipo.
La joven periodista que denunció a los exjugadores de Vélez, Abiel Osorio, Braian Cufré, Sebastián Sosa y José Florentín, relató el calvario que sufrió, la angustia por ser revictimizada todos los días, su pedido de justicia y confirmó quiénes la violaron.
Fue el 2 de marzo cuando, después del partido entre Atlético Tucumán y Vélez en la Copa de la Liga, ocurrió el calvario. Aquella noche, en la habitación 407 del hotel Hilton, la joven de 25 años denunció a los exjugadores por violación.
“El fútbol es un ambiente de hombres y mi trabajo es moverme entre ellos. Para mí es lo más normal del mundo verlos moverse en grupo, o reunidos una concentración en los hoteles”, detalló la periodista en diálogo con TN.
Aun así, nunca esperó ser protagonista de una violación por parte de personas que estaban dentro de su círculo de trabajo: jugadores de fútbol.
Según contó la víctima, el primer contacto con Sosa lo tuvo en el estadio Monumental José Fierro en la zona de periodistas. Allí el arquero del club la había observado y a través de Instagram le escribió: “Sos vos, te encontré”.
Después de un ida y vuelta de mensajes, Sosa la invitó a tomar algo al hotel, ella accedió pero le suplicó que sus compañeros no se desubicaran.
Ya en el hotel, la joven subió hasta el piso cuatro, entró a la habitación 407 y primero se vio con Sosa, luego entraron Cufré, Osorio y Florentín. Allí contó que empezaron a tomar cerveza y alcohol.
Para la joven, alguna de esas bedidas tenía un tipo de sustancia que la dejó indefensas y sin energía: “Durante días volví una y otra vez a esa escena y después de un tiempo recordé que solo habíamos tomado alcohol Sosa y yo”.
“Después de que me violaran, Florentín y Cufré se vistieron y se fueron a jugar al casino. Quedé tirada en la cama sin entender bien qué estaba pasando. Comencé a sangrar. Como pude me arrastré al baño para limpiarme. Regresé y me volví a tirar porque seguía mareada y no encontraba mi ropa. Allí advertí que Sosa seguía o parecía estar dormido y Osorio jugaba la play como si nada hubiera pasado. Empiezo a reprocharle lo que me habían hecho sus amigos y cómo no intercedió para evitar que me violaran. De repente, cuando pensé que lo peor ya había pasado, Osorio saltó de una cama a la otra y comenzó a violarme él también”, describió.