La situación económica de Río Negro vuelve a quedar expuesta mientras el gobernador Alberto Weretilneck intenta obtener autorización legislativa para tomar deuda por 260 mil millones de pesos, destinados íntegramente a gastos corrientes del año 2026. La medida busca dar respuesta a un escenario de fuerte caída en la recaudación y dificultades para garantizar el pago de salarios y del medio aguinaldo.
Pese a haber sostenido una relación dialoguista con el gobierno nacional de Javier Milei, Río Negro recibió el mismo impacto que el resto de las provincias: un desplome tanto de la coparticipación como de las transferencias discrecionales. El resultado es un ahogo financiero que llevó al Ejecutivo a plantear la emisión de Letras de Tesorería y la habilitación de un sobregiro antes incluso de la presentación del Presupuesto 2026.
Según el portal Letra P, la Provincia enfrenta un cierre de año con ingresos en retroceso, una coparticipación derrumbada y un contexto recesivo que golpea de lleno la economía local, profundizando la urgencia del pedido de endeudamiento.
Críticas en la Legislatura.
En el Parlamento provincial, la oposición peronista —aunque dividida en dos espacios— coincide en señalar que el gobierno viene recurriendo de manera reiterada al endeudamiento para cubrir déficits que se han vuelto estructurales. Sostienen que la situación actual responde a decisiones políticas desacertadas y a la falta de una estrategia financiera sostenible. La magnitud del pedido y su destino exclusivamente corriente reforzaron las desconfianzas.
Desde el PRO, que cuenta con siete bancas, todavía no hay postura oficial, pero recuerdan que históricamente se han opuesto a habilitar nuevas deudas. En tanto, el espacio Creo Río Negro remarcó que el Ejecutivo ya realizó un gasto excepcional en pleno proceso electoral, y que parte de la crisis actual es consecuencia de ese uso distorsionado de los recursos públicos. Aunque aún no fijaron una posición final, el malestar dentro del bloque es notorio.
El debate legislativo se perfila tenso, con un oficialismo urgido por conseguir respaldo y una oposición que cuestiona la estrategia financiera del gobierno provincial en un contexto económico chaque vez más complejo.

