La empresa estatal incorporó un Boeing 737 Max, que es el número 12 de su flota. El viernes próximo cierra el plazo para anotarse en el retiro voluntario.
Aerolíneas Argentinas sumó un nuevo avión en los últimos días y así su flota llega a 86 aeronaves, la mayor disponible en varias décadas. Esto sucede en medio de la implementación de un plan de ajuste que apunta a reducir a la mitad el déficit anual de la compañía, que en 2023 estuvo cerca de los u$s400 millones.
En ese marco, las miradas están puestas en los resultados del nuevo plan de retiros voluntarios, que cierra el próximo viernes 2 de agosto.
La línea aérea de bandera, que tiene algo más de 11.300 empleados, ya aplicó un retiro voluntario en marzo pasado que no alcanzó los resultados esperados, ya que se inscribieron unos 200 trabajadores de la dotación de tierra cuando el objetivo era un recorte de 500 puestos.
Ahora está vigente un segundo retiro que se propone alcanzar con más facilidad esa cifra, ya que está destinado a todo el personal, independientemente de cuáles sean sus tareas, y ofrece un mayor atractivo económico, dado que la remuneración será mayor y se cancelará en un solo pago.
La empresa que encabeza Fabián Lombardo, sobreviviente de la gestión anterior al cambio de gobierno nacional, recibió del Ministerio de Economía una partida de $58.700 millones para financiar los retiros, cifra que prevé recuperar en un año como consecuencia de los menores gastos, tanto salariales como otros conexos, que implicará la salida de personal.
El recorte es parte de una estrategia de ajuste que fue anticipada en los primeros meses de este año por el propio Lombardo a través de una carta dirigida al personal, donde explicó de manera terminante que si el ajuste no se hace desde adentro de la compañía serán otros los que decidirán sobre el recorte, que se plantea como inexorable.
“En un contexto en el que muchos argentinos están haciendo un gran esfuerzo por salir adelante, cada centavo que se aporta desde el Estado para que Aerolíneas subsista va a ser cuestionado. Esto nos obligará a todos, y a mi en particular, a tomar decisiones difíciles”, escribió.
De acuerdo con los lineamientos que recibió desde las máximas autoridades del área de Economía que maneja Luis Caputo, la intención es dejar una empresa con una dotación acorde a los parámetros del sector y con una flota lo más amplia y moderna posible. Así se vuelve un poco más atractiva para potenciales compradores.
La reciente incorporación de otro B-737 Max va en el mismo sentido. Es un avión moderno y versátil, aunque su fama viene precedida de los accidentes fatales que protagonizó su modelo Max 8 en Indonesia y Etiopía en 2018 y 2019 en los que murieron un total de 346 personas.
Se trata del avión número 12 de su tipo que se incorpora a Aerolíneas Argentinas y el avión número 86 de la flota.
La compañía informó que “esta incorporación permitirá mejorar la eficiencia y productividad de la flota de la compañía, además de contribuir a un mejor resultado económico de las rutas en las que opere”.
Los Boeing 737 MAX cuentan con una configuración de 170 asientos (162 en turista y 8 en clase ejecutiva), nuevos motores, nuevos winglets y nuevos sistemas de visualización en cabina.
Entre sus principales características se encuentran la alta eficiencia en el consumo de combustible, además de que sus características de diseño y motorización implican una reducción en la huella sonora del 40%.
Y pueden facilitar una reducción de costos operativos de 8% respecto de otros aviones del mismo segmento.
Las emisiones de estos equipos son un 50% menores frente a los límites fijados para los óxidos de nitrógeno (NOx) en la Sexta Reunión del Comité sobre la Protección del Medio Ambiente y la Aviación (CAEP) de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).