La producción cayó en promedio alrededor del 50% en la primera mitad del año. No se espera un repunte de actividad en lo que queda del 2024.
Las empresas socias de AFAT (Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros equipamientos agrícolas e industriales) señalan que están afrontando una caída en la producción del 50% en promedio respecto del año pasado. Esta retracción se debe principalmente a la caída en las ventas de maquinaria agrícola. En este contexto, advierten que las firmas podrían avanzar con despidos, ceses de contratos temporales de trabajo y hasta la paralización de las plantas de producción.
“El acumulado de los primeros 6 meses del año arrojó una caída del 20% en los patentamientos de cosechadoras respecto de 2023, y del 30% en el de tractores. Con estos valores creemos que es poco probable que se pueda recuperar la totalidad del mercado en lo que resta del año; por lo tanto, estimamos que vamos a estar, en promedio, entre un 25% y un 30% por debajo de lo que fue el año anterior”, aseguró Sergio Fernández, presidente de la Asociación.
Esta retracción del mercado impacta directamente en el funcionamiento de las plantas industriales, que tienen una capacidad de producción instalada muy superior a la demanda local. Por ejemplo, los patentamientos de cosechadoras representan el 13% de la capacidad de producción de las empresas socias de AFAT, los de tractores un 33%, y los patentamientos de pulverizadoras alcanzan el 59% del potencial de estas empresas.
“Entre las consecuencias de esta preocupante situación se encuentran la reprogramación de procesos productivos, la reducción de horas de trabajo, la suspensión de personal y/o no renovación de contratos temporales, como así también desvinculaciones”, alertó Fernández.
Por caso, la empresa multinacional John Deere que tiene su fábrica localizada en la localidad de Granadero Baigorria, provincia de Santa Fe, en las últimas semanas avanzó con despidos y no renovación de contratos de trabajo. En tanto, sus trabajadores comenzaron a realizar paros rotativos ante el no avance de un acuerdo paritario, por su parte al no solucionarse el conflicto, el ministerio de Trabajo de Santa Fe dictó la conciliación obligatoria por un período de siete días a partir de esta semana.
Lo cierto es que el caso de John Deere está lejos de ser aislado porque otras empresas de escala más chica están reduciendo jornadas laborales mientras plantean los pasos a seguir en medio de la pronunciada caída de ventas.
La luz de alarma se enciende si se tiene en cuenta la antigüedad del parque de maquinaria, que raya la obsolescencia, con un 70-80% de tractores de más de 15 años y un 70-80% de cosechadoras de más de 10 años. “Renovar ese parque e incorporarle toda la tecnología disponible a nivel global es una necesidad para un país cuyos ingresos de divisas dependen en un 60-70% del sector agroindustrial. Como sabemos, la antigüedad de los equipos produce una disminución de la productividad, sobrecostos en la fertilización y pulverización, desperdicios en la siembra y la cosecha, y menores eficiencias en general”, explican desde las empresas del sector.
“Argentina tiene un potencial productivo enorme, suficiente para alimentar a 400 millones de personas, productores y contratistas que están entre los más innovadores de la región, técnicos y profesionales capacitados, pero no contamos con las condiciones necesarias para continuar el camino del crecimiento y desarrollo productivo. Desde AFAT resaltamos siempre la necesidad de contar con un marco de previsibilidad político-económica, financiamiento acorde al volumen del sector, y con tasas competitivas, y también la revisión de la carga fiscal, hoy agobiante. De nuestra parte renovamos día a día el compromiso de continuar trabajando para el crecimiento del país”, resumió Sergio Fernández.