Impsa: en el fin del ciclo estatal, las ventas cayeron 50% y perdió $75.400 millones

La empresa que fue privatizada en febrero apuesta a recuperarse este año con nuevos negocios en energía nuclear, hidroeléctrica y eólica. Impsa, la metalúrgica que en los últimos meses pasó a ser exhibida como “la primera privatización de la era Milei”, cerró su etapa de empresa estatal con pérdidas millonarias. Lo llamativo fue que entre los factores que […]

La empresa que fue privatizada en febrero apuesta a recuperarse este año con nuevos negocios en energía nuclear, hidroeléctrica y eólica.

Impsa, la metalúrgica que en los últimos meses pasó a ser exhibida como “la primera privatización de la era Milei”, cerró su etapa de empresa estatal con pérdidas millonarias. Lo llamativo fue que entre los factores que afectaron negativamente su operación figuran varias medidas del Gobierno.

Según el balance anual cerrado al 31 de diciembre que la compañía presentó ante la Comisión Nacional de Valores, finalizó el ejercicio con un resultado final equivalente a una pérdida de $75.469 millones.

De este total, $24.339 millones corresponden a la pérdida operativa provocada por el contexto macroeconómico.

La empresa detalló en el informe que “enfrentó desde el inicio del ejercicio serias dificultades para lograr financiamiento y la imposibilidad de efectuar pagos al exterior con motivo de las medidas adoptadas por el Banco Central de la República Argentina que generaron una caída abrupta de nuestra operación reduciendo finalmente el nivel de ventas en un 50%, medido en moneda dura”.

Además de la pérdida operativa mencionada, el impacto del impuesto a las Ganancias, calculado por el método del impuesto diferido, originó un impacto negativo en el ejercicio de $46.362 millones.

A esto se agregaron los costos financieros que ascendieron a $32.759 millones, lo que sumado al citado impacto de Ganancias “contribuyeron negativamente en total en $79.122 millones para finalizar el ejercicio con un resultado final de pérdida de $ 75.469 millones que resulta en $73.625 millones incluyendo otros resultados integrales y un patrimonio neto negativo de $35.984 millones”, según informó Impsa.

Esperan que la privatización revitalice los resultados de Impsa

Impsa fue estatizada en 2021, durante la gestión presidencial de Alberto Fernández, con el objetivo de rescatar a la compañía de la quiebra y poder sanear sus operaciones. El Estado nacional y la provincia de Mendoza pasaron a ser los principales accionistas.

Ahora, frente a la situación crítica que reflejan los números del balance, todas las expectativas sobre el futuro de la compañía están puestas en la reciente privatización que se cerró el 11 de febrero pasado.

Ese día se firmó el Convenio de Suscripción de Acciones para la transferencias de la totalidad de las acciones Clase C, representativas en su conjunto del 84,96% de su capital social y votos, a Industrial Acquisitions Fund, LLC (“IAF”), una sociedad constituida en el Estado de Delaware, Estados Unidos, y registrada localmente.

Este acuerdo prevé la capitalización de la empresa mediante un aporte total equivalente a u$s27 millones, incluyendo un desembolso inicial en la forma de un aporte irrevocable de capital a cuenta de futuros aumentos de capital por el equivalente en pesos de u$s6,75 millones.

“Con el ingreso del nuevo accionista se abren oportunidades de negocios en Estados Unidos de Norteamérica y en el mundo”, destacó el presidente de Impsa, Jorge Salcedo Hernández, en una carta dirigida a los accionistas que fue incluida en la apertura de la Memoria Anual.

Respecto de las oportunidades de negocios el directivo dijo que la más inmediata “se centra en continuar con la provisión de grúas portuarias, mercado en el que Impsa fue líder en su momento”.

Y agregó: “Asimismo, la fuerte demanda internacional de componentes y servicios para centrales nucleares posibilitará grandes oportunidades de negocios en los que Impsa también tiene una importante trayectoria fabricando componentes para reactores.

Interés de Impsa por la renovación del parque hidroeléctrico de Estados Unidos

Por otro lado, aclaró que “no debemos relegar el negocio de turbinas para centrales hidroeléctricas, clave en la internacionalización de Impsa durante las décadas de 1980 y 1990. El parque hidroeléctrico estadounidense se está envejeciendo y allí es donde también prevemos grandes oportunidades de crecer”.

Entre las perspectivas que la cúpula de la compañía menciona y que podrían ayudar a sacar a la empresa de los resultados en rojo figura “la constante demanda energética que se está produciendo tanto a nivel nacional como internacional, que permite vislumbrar interesantes perspectivas respecto de la concreción de nuevas adjudicaciones en materia de provisión de equipos hidroelectromecánicos y el reemplazo de equipos actualmente en funcionamiento en proyectos de gran envergadura”.

En el área de equipamientos nucleares Impsa es una de las pocas empresas con capacidad de diseño y fabricación, característica que la ubica entre los primeros lugares para seguir desarrollando y proveyendo ese tipo de equipos.

Otra apuesta tiene que ver con la energía eólica, donde la empresa también avizora “posibilidades de concretar una serie de proyectos en los cuales nos encontramos desarrollando nueva tecnología con el fin de abastecer este mercado cada vez más creciente”.

Por otro lado, Impsa también ve buenas posibilidades de desarrollo de nuevos negocios en Vaca Muerta, al considerar que “abre perspectivas muy interesantes para nuestra compañía”. Y recordó que había desarrollado “en el pasado bienes de capital para la industria de Petróleo & Gas”.

En el listado de elementos que pueden potenciar los negocios de Impsa, menciona también “los avances en Inteligencia Artificial y su aplicación a los diversos productos y negocios nos permitirán ser cada vez más competitivos a nivel mundial y nos proyecta a alianzas con empresas tecnológicas de otros países”.