Se trata de la firma Grimoldi. En los primeros nueve meses del año sus ventas bajaron 9%. En cantidad de pares de zapatos la retracción alcanzó el 6%.
Durante los primeros nueve meses de 2024, Grimoldi, una de las principales empresas del mercado de calzado y accesorios en Argentina, enfrentó un panorama económico complejo, marcado por una caída significativa en el consumo de indumentaria y calzado. Este contexto desafiante influyó en sus resultados operativos, con ventas ajustadas por inflación que alcanzaron $146.129 millones, representando una disminución del 9% respecto al mismo período de 2023.
A pesar de la contracción, la empresa mostró signos de resiliencia. Su enfoque en el canal directo al consumidor (DTC) resultó estratégico, representando el 56,5% del volumen vendido y el 67,5% de la facturación total. Este canal, que sigue expandiéndose, permitió a Grimoldi mitigar parcialmente la caída del volumen total de ventas, que alcanzó 1,45 millones de pares, un 6% menos que en 2023.
En su último balance trimestral cerrado en septiembre pasado la empresa señaló que la recuperación del ingreso real de los consumidores todavía es incipiente, pero hay señales de mejora. Un indicador positivo fue el desempeño en el tercer trimestre, donde las ventas superaron en un 15% a las del mismo período del año anterior. Este repunte se atribuye en parte al éxito de la colección primavera-verano, que excedió las expectativas de ventas gracias a estrategias promocionales y financiación en cuotas.
Sin embargo, el entorno operativo no estuvo exento de complicaciones. Las restricciones cambiarias y la dificultad para trasladar aumentos de costos a los precios afectaron la rentabilidad. El margen bruto se redujo de 57,5% a 54%, reflejando la presión sobre los costos. Además, los gastos de comercialización y administración aumentaron en proporción a las ventas, con ajustes necesarios para adaptarse a un consumo más directo al consumidor y procesos logísticos más exigentes.
En tanto, según se desprende de su balance, Grimoldi continúa implementando estrategias para fortalecer su competitividad. Entre las medidas destacadas, se encuentran las inversiones en la planta industrial de Arroyo Seco y la planta inyectora de Pilar, enfocadas en aumentar la productividad y adaptarse a los nuevos desafíos del mercado. Estas instalaciones son esenciales para la estructura de abastecimiento, especialmente frente a la competencia de productos importados.
La empresa también ha apostado por mejorar la experiencia omnicanal, optimizando su centro de distribución en Pilar para soportar el crecimiento de las ventas online y el manejo de inventarios.
Por otro lado, el resultado neto consolidado, ajustado por inflación, reflejó una ganancia de $4.437 millones, significativamente menor a los $21.231 millones reportados en los primeros nueve meses de 2023. Este descenso se explica por factores como el aumento de los costos financieros y la exposición a cambios en el poder adquisitivo de la moneda (RECPAM).
Por último, para 2025, la compañía mantiene una visión cautelosa, reconociendo los desafíos que presenta el entorno macroeconómico y la necesidad de consolidar los avances logrados. En este marco, la empresa señala que planea desarrollar colecciones segmentadas, optimizar su logística y mantener un estricto control de gastos, mientras se adapta a las reglas del comercio exterior y posibles desregulaciones.