Mathienzo nació en 2012 y su primer producto fue un mate de silicona. Hoy su portfolio está integrado por yerba mate premim, maycha y una bebida tónica con el producto como base.
Desde sus inicios en 2012, Mathienzo logró transformar la manera en que se percibe la yerba mate. Con productos premium que incluyen yerba cosechada a mano y estacionada por dos años, el versátil polvo Maycha y la innovadora Mathienzo Tonic, esta empresa argentina llevó la tradición del mate a nuevos horizontes. Exportando a mercados como Rusia, Australia y Chile, y posicionándose en tiendas gourmet y bares exclusivos, Mathienzo no solo busca vender productos, sino crear una experiencia cultural que combine tradición, innovación y sostenibilidad.
En la actualidad, el modelo de negocios de Mathienzo prioriza el valor agregado sobre el precio, enfocándose en la alta calidad y la exclusividad. Sus productos se venden en plataformas online, bares selectos y tiendas gourmet, tanto en Argentina como en el extranjero, donde han captado el interés de un consumidor joven y sofisticado en busca de propuestas disruptivas.
Todo comenzó en 2012, cuando Nicolás Tiferes, diseñador industrial, buscaba dar visibilidad a su estudio de diseño. “Para darnos a conocer y poder vender nuestros servicios decidimos desarrollar un producto propio. Si hacíamos algo de buena calidad y diseño, era posible que nos contrataran para diseñar necesidades de terceros”, relata. Así nació el primer producto: un mate de silicona que desafió las normas de una industria tradicional. “La frase “estás loco, es una falta de respeto a la tradición matera” era habitual”, recuerda Nicolás. Sin embargo, el diseño moderno encontró su nicho entre consumidores jóvenes en busca de practicidad y nuevas propuestas.
Desde el principio, Mathienzo evitó competir por precio. “Nuestro propósito es proponer, innovar y expandir los límites de la industria, creando productos con carácter, diseñados para un consumidor sofisticado y exigente, que valora la alta calidad”, enfatiza Tiferes. Este enfoque los llevó a posicionarse como una marca premium, con productos diferenciados y un fuerte compromiso con la sostenibilidad.
La yerba Mathienzo, producida en Misiones y Corrientes, es un ejemplo de su filosofía: cosechada a mano, estacionada durante dos años y procesada con altos estándares, se destaca por su perfil de sabor y calidad superior. La empresa vende actualmente más de 4.500 kilos por mes y apuesta a seguir creciendo en este segmento de negocios.
Lo cierto es que el portafolio de Mathienzo se expandió para incluir productos innovadores como el Maycha y el Mathienzo Tonic. Este último, una bebida gasificada sin alcohol, fue diseñada para ser consumida sola o como mixer en coctelería. “Es una bebida versátil, liviana y refrescante que se puede disfrutar en cualquier momento del día”, explica Tiferes. Este producto, lanzado recientemente, ya agotó varias veces su stock inicial debido a su gran aceptación.
En este marco, la empesa argentina también logró exportar sus productos a mercados de alta competencia como Rusia y Australia. Este crecimiento fue posible gracias a una estrategia basada en la autenticidad y la calidad del producto. “El camino fue totalmente orgánico, una combinación de producto de calidad, mensaje genuino y perseverancia”, asegura Tiferes. A su vez, dentro del mercado local, la marca prioriza su presencia en tiendas gourmet y bares exclusivos, evitando el canal masivo de supermercados para preservar la exclusividad y la calidad percibida de sus productos.
Con una mirada puesta en el largo plazo, Mathienzo planea lanzar una línea ultra-premium y fortalecer su presencia digital. Además, Tiferes ve en la globalización del mate una oportunidad única. “Estamos alineados con las tendencias globales y convencidos de que nuestra propuesta tiene un calce perfecto para satisfacer nuevas demandas”, concluye el emprendedor que tiene la yerba mate como estandarte.