Los distintos procesos, tanto internos como desde la cadena de valor, que se llevan a cabo para ser sustentables, fueron algunos de los aspectos abordados en el segundo panel.
En una nueva edición del ciclo Ámbito Debate se abordó la sustentabilidad, los caminos hacia “una economía más responsable” y cómo se convirtió en un eje indispensable tanto para empresas como para gobiernos.
El segundo panel se llamó “Procesos y productos: clave de un negocio responsable”, fue moderado por Ariel Basile y contó con la participación de Natalia Pérez Aguin, Gerente de comunicaciones de Massalin Particulares; Gustavo Castagnino, Director de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Genneia; Ignacio Lorenzo, Head de Financiamiento de Deupanelda Global y líder ESG de Santander Argentina; y Oscar Gemignani, Gerente de sostenibilidad y partners de BBVA en Argentina.
Al referirse específicamente a las estrategias de cada empresa en materia de sustentabilidad, Pérez Aguin sostuvo: “Massalin Particulares tiene 120 años de historia en Argentina. Tenemos programas de sostenibilidad que tienen muchos años. Somos una organización que forma parte de una empresa global, que tiene muy alineado su sistema de negocios con la sostenibilidad. Philip Morris busca transformar el negocio para eliminar la combustión. Esto se traduce en la sustentabilidad, porque cambia nuestro producto y la estrategia de sustentabilidad va de la mano de este producto nuevo”.
“Desde BBVA hay un compromiso público muy importante. Los bancos tenemos la responsabilidad de transformar y ser agentes de cambio. Hay un cambio en nuestra cultura y es la clave de esto. Dentro de nuestra estrategia, el banco ayuda en las comunidades donde opera, sino también en los sectores que debe elegir para dejar de atender. Ese es un mensaje muy potente. Apostamos a crecer donde tenemos que hacerlo”, señaló Gemignani, quien agregó: “Tenemos dos grandes pilares, la acción por el clima y la transformación y el crecimiento inclusivo. Hacia allí van nuestras estrategias de gestión y trabajo”.
Por su parte, Castagnino sostuvo que “Genneia es una empresa verde, pero hay muchos nuevos desafíos que tienen que ver con la gestión interna de la compañía”. “Se deja de hablar de áreas específicas, se habla de qué manera hacemos negocios en la compañía. El área de sustentabilidad pasa a ser un área que maneja relaciones con la comunidad, pero hay que ir a un concepto en el cual toda la compañía se mueva de manera sustentable y tenga el mejor impacto en donde opera”, destacó.
“También ayudamos a las demás empresas en ese camino, que tiene que seguir para generar menos emisiones de carbono. Pasar a una matriz menos dependiente de lo fósil y pasar a energías renovables no es un camino automático, va a llevar tiempo. Pero somos optimistas que va a seguir creciendo”.
Por su parte, Lorenzo señaló que desde Santander hay “un compromiso público asumido, buscamos la neutralidad de carbono para 2050, tanto de nuestra operación como la base de clientes. “El gran desafío es que nuestros clientes transicionen hacia una economía baja en carbono y eventualmente, a lo largo del camino hay que tomar decisiones difíciles si no lo logran. Estamos ayudando a que eso ocurra, asistiéndolos en todo lo relacionado con el proceso de sustentabilidad y en oferta de productos sustentables. Pero el gran desafío está sobre la base de clientes. Tenemos otros desafíos concretos financieros, como por ejemplo generar carteras verdes a nivel global”, remarcó.
Al referirse a la cadena de valor, Pérez Aguin señaló: “Tenemos programas con toda la cadena de valor. Philip Morris compra tabaco en Argentina y nosotros tenemos una gran responsabilidad para las provincias y los productores que están en esas provincias. Tenemos programas para erradicar el trabajo infantil, por ejemplo. Lo implementamos en alianza con la Asociación Conciencia. Y está alineado con un programa de la cadena a nivel global, que es cero trabajo infantil en la cadena de valor. En Argentina, el programa contuvo a muchos niños y niñas, para mejorar las condiciones de sus familias y concientizar sobre esta problemática”.
“Para BBVA la sustentabilidad es parte de la estrategia de negocio. Si pensás de esa manera, lográs un cambio cultural interno. Tenemos que trabajar en pos de esto y mirar hacia los clientes. Cuando miras las compañías con las que trabajás, se genera una cadena enorme y tenemos que empezar a trabajar en eso. BBVA pretende ‘descarbonizar’ su cartera y luego empezar a trabajar con los proveedores para ayudarlos en la transición. Tenemos que llegar con alternativas de financiamiento y solución técnica”, señaló Gemignani.
“Dentro de los bancos, tenemos departamentos de riesgos que empiezan a pensar el negocio desde otro lugar. Con los criterios y paradigmas del Siglo XX ya no alcanza. Cómo vas a pensar en esos productores agropecuarios hoy en día, por ejemplo, ¿vas a ir a cobrarles o vas a pensar en cómo ayudarlos o cómo ayudarlos a prevenir para lo que viene? El banco empieza a ampliar su mirada y ser parte del cambio desde distintos lugares, no solo desde el fondeo. Creo que el dinero hay que asignarlo correctamente”, agregó Gemignani.
En la misma línea, Castagnino sostuvo: “Hay muchos fondos en el mundo dirigidos a aspectos ambientales y sociales. Nosotros tenemos que seguir haciendo nuestro negocio, una empresa como tal tiene que ganar plata. Lo que estamos viendo es que los inversores empiezan a mirar con buenos ojos a aquellas empresas que están mejor paradas en su transición energética. Preguntando qué están haciendo. Cómo van a llegar a ser carbono neutrales. Esto no implica solo que consumas energías renovables, sino también cuán eficientes sos en sus procesos de producción, por ejemplo. Hay muchos aspectos que analizar y que hoy los bancos miran con mucho detenimiento. Ese cambio se aceleró en los últimos años: tenés a los inversores exigiéndote sobre la cadena de valor, cómo la controlás en tema de derechos humanos, género, diversidad, etcétera. Las calificadoras de riesgos, que antes miraban solo los balances de las compañías, hoy miran decenas de temas relacionados con impacto social y gobernanza”.
Los bonos verdes, en este escenario, se convirtieron en una alternativa interesante de financiamiento: “La de los bonos verdes es una categoría interesante, donde el uso de fondo va destinado a las categorías que se consideran sustentables, como transición energética, electromovilidad, aspectos sociales. Si el emisor destina esos bonos a estos aspectos, se denomina verde. Ahora existen agentes independientes que aseguran que el bono tenga destino ‘verde’. A nivel mundial, entre el 30% y el 40% de las emisiones son ‘verdes’. Es una categoría que va creciendo. Todavía no tanto del punto de vista de tasas, pero desde la demanda del inversor, acapara la atención. Eso debería tender a una reducción de tasas en un futuro. A 2050 es la transición, pero en ese momento no va a haber bonos que no sean verdes”.