¿Qué chances tiene “la acción más importante del mundo” -según la definió hace poco la gente de la mesa de Goldman- de repetir en 2024 lo del año pasado?
Arrancamos la semana comentando la estrella argentina 2023, PATA, y la terminamos con su par en Wall Street: NVIDIA cuyas acciones treparon 239% en dólares. Todo un logro para la que es detrás de Microsft y Apple la tercer mayor cotizante de los EEUU por capitalización (u$s1.960.000 millones-) y que fuera responsable de un tercio de lo que ganó el Nasdaq.
¿Qué chances tiene “la acción más importante del mundo” -según la definió hace poco la gente de la mesa de Goldman- de repetir en 2024 lo del año pasado?Informate más
Las siete son, Alphabet (GOOGL), Amazon (AMZN), Apple (AAPL), Meta Platforms (META), Microsft (MSFT), NVIDIA (NVDA) y Tesla (TSLA): las “Magnificas Siete”.
La idea de llamarlas así -en referencia a la película de cowboys de 1960 del mismo nombre- es bastante reciente; la lanzó el analista del Bank of America Michael Hartnett en mayo del año pasado e inmediatamente “prendió” en la prensa y los inversores, que dejaron atrás los acrónimos de FAANG y MAMMA que popularizara el mediático Jim Cramer.
Es que no solo eran los papeles que venían motorizando en los últimos años la suba del mercado accionario yanqui, sino que representaban “el futuro” por su dominio y liderazgo en el avance de Inteligencia Artificial, vehículos eléctricos y servicios en la nube y digitales. Desde que META se integrara al pelotón el 18 de mayo del 2012 su evolución ha sido impresionante, frente al 476% del Nasdaq, la que menos gana es GOOGL, 872%, le sigue AAPL con 1037%, META con 1166%, AMZ con 1537%, MSFT con 1641% y ahora vienen los “peso pesados”: Tesla con 1.0348% y NVDA con 25,998%.
Las magníficas siete, un mote más que merecido. Un retorno promedio de 107% anual en 12 años
Durante mucho tiempo Tesla fue la estrella indiscutida dentro del grupo, pero desde que perdió su magia en 2021, este puesto le tocó a Nvidia, la que recién comenzó a distinguirse de sus hermanas a mediados de mayo de 2016, siendo el papel de mayor evolución ese año (224%), en 2017 (81%), 2021 (125%) y el año pasado, para sumar en lo poco que va de 2024 un 59.2%.
Sin dudas un papel capaz generar, aun para los más medidos, una envidia increíble
Hasta 2016 Nvidia era una “una más” de las Magníficas Siete
Lo que hay detrás de un nombre
A los que no saben, el término Nvidia tiende a trabarles la lengua, pero esto no sucede si lo pronuncian como se debe: “invidia” o “envidia”.
Hay diferentes versiones, pero la más probable es que cuando estaban desarrollando la empresa y aún no habían elegido como denominarla, Jesen Huang, Curtis Priem y Chris Malachowsky, encabezaban todos sus archivos con las letras NV (Next Versión, siguiente versión). Al momento de incorporar la sociedad, comenzaron a buscar palabras con esas letras y llegaron a “envidia”, la que escogieron casi como una humorada. Etimológicamente el termino envidia proviene del latín “invidere”: “in”, sobre y “videre”, poner la mirada sobre algo, ver más allá, siendo “Invidia el nombre que los Romanos dieron a la diosa griega Nemesis, la diosa de la retribución y más tarde de los celos y las malas lenguas. La decisión de la compañía de tomar el color verde -con el que se representaba a la diosa- como el de referencia y la imagen del “ojo de dios”, que todo lo ve y todo lo prevé, también correspondieron al empleo de esta simbología.
El ojo de dios que todo lo ve
Lo que hay detrás de una empresa
Nvidia arrancó en 1993 como una empresa que producía microprocesadores para videojuegos de alta performance. Su primer salto tecnológico fue en 1999 cuando desarrollaron las GPU o unidades de procesamiento de gráficos (que comercializan de manera propia o a través de terceros, OEM) con lo que se posicionaron como los lideres indiscutido del mercado. El siguiente gran salto lo dieron en 2006 al introducir la posibilidad de utilizar en paralelo los distintos núcleos de sus procesadores, el CUDA (Arquitectura Unificada de Dispositivos de Cómputo), lo que les permitía resolver algoritmos mucho más eficientemente que las tradicionales CPU -unas 100 veces más rápido y con menos consumo eléctrico-, hasta entonces el corazón de las computadoras.
En el camino la firma lanzó en 2011 la primer generación de su procesador Tegra, para el mercado de telefonía celular y pantallas móviles, en directa competencia con los productos de la británica ARM, que hasta entonces dominaban ese mercado.
Pero el paso crucial para lo que es hoy Nvidia se dio en 2012. Desde un principio la compañía había decidido colaborar con distintas universidades. Esto rindió sus frutos cuando ese año Alex Krizhevsky, Ilya Sutskever y Geoffrey Hinton de la U. de Toronto, ganaron el “Large Scale Visual Recognition Challenge” con su AlexNet, la primer red neuronal convolucional exitosa; en castellano: un programa capaz de aprender y auto optimizarse o lo que hoy conocemos como Inteligencia Artificial (AI), basado en la tecnología de Nvidia.
La empresa incursionó entonces de lleno en el mundo de las supercomputadoras a través de su data center, proveyendo servicios de inteligencia artificial, los que permitieron que, por ejemplo, Tesla “entrenara” y lanzara el primer automóvil autónomo en 2015. Cuando se acabó el contrato con Elon Musk en 2017, NVDA se asoció a Toyota desarrollando el Chip Drive y la plataforma Drive PX para vehículos auto conducidos.
Ese mismo año vivíamos la primer gran burbuja de las criptomonedas (el BTC salto de u$d 963 a u$d 19346 entre enero y diciembre) explotando la minería cripto -que no es otra cosa que la resolución de un gigantesco algoritmo- lo que hizo que la demanda de sus placas de gráficos, indudablemente las mejores de la época, también volara por los cielos. Al año siguiente sus placas RTX comenzaron a operar con AI, acercándolas a operar en tiempo real (hay unos 100 millones de usuarios de estas placas) y en 2022, cuando comenzó a operar el ChatGPT de Open AI, el primer ejemplo global y abierto de un sistema de Inteligencia Artificial (construido en torno a 10,000 GPUs H100 de Nvdia; cada una vale más de u$d 40,000) lanzó su plataforma de Omniverso en la nube.
La competencia
Su primer competidor es ella misma.
Con una posición dominante en cada uno de sus mercados (el 70% de las supercomputadoras del mundo usan sus procesadores y 95% de las dedicadas a AI) ya vimos, en 2022, como su oferta para adquirir ARM –el fabricante de los chips que emplean Apple, Amazon y varias automotrices- por U$D 40,000 millones fue bloqueada por los reguladores de todo el mundo. Hoy la empresa se encuentra bajo el escrutinio de la Unión Europea y el gobierno China, más que sospechada de prácticas monopólicas por su posición dominante en AI, con un resultado que será lento de ver, pero difícil de prever.
A nivel industrial -dejemos de lado los “strat ups”- sus principales competidores son Intel, a punto de lanzar su acelerador Gaudi3 AI y AMD, que el mes pasado sacó a la luz el MI300.
Nadie discute la calidad de los productos de Nvidia en AI, pero son maquinas “generalistas” que sirven tanto para el proceso de “aprendizaje” -cuando se entrenan los modelos-, como el de “inferencia” -cuando se ponen en práctica; en la medida que madure el mercado esta rama pasaría a ser la dominante-. Esto las hace no tan “user fiendly” (los últimos productos de AMD son mejores en este sentido) y unas “glotonas de energía”. Y aquí es donde aparece el mayor problema que tiene a futuro: si bien la empresa está comenzando a desarrollar una línea de aparatos “puntuales” sus principales clientes comenzaron a diseñar y desarrollar sus propios chips, específicos a sus necesidades de AI (ASICS o circuitos de aplicación especifica integrada, cuyo costo operativo es mucho más bajo). Alphabet ya lanzó el mes pasado el TPU y antes de fin de año harían lo propio Amazon y Microsoft y Meta (sumemos un mundo de startups).
El balance
“La computación acelerada y la IA generativa han llegado al punto de inflexión. La demanda está aumentando en todo el mundo en empresas, industrias y países”. Así encabezaba Jensen Huang hoy director ejecutivo de NVIDIA la reseña de su ultimo balance.
La verdad es que los números de 2023 fueron muy buenos: trimestre tras trimestre muy encima -entre un 11 y un 23% más- de lo que esperaba la compañía.
Todo el 2023 Nvidia se sorprendió a sí misma por los resultados mucho mayores a los esperados
Así los Ingresos totales fueron 126% mayores a los del periodo 2022/23, el Margen Bruto 25% mayor, los Gastos Operativos crecieron 2% y el Ingreso Neto 586%, derivando en que la ganancia por acción fuera u$d 10.19 mayor a la de un año antes, o 586%.
El resultado 2023/24 no tiene precedentes
Ganó 8.2% en dólares durante 2023 y el papel subió 239%
Como veíamos unos párrafos más arriba, el negocio de la compañía ha venido mutando de manera significativa en el tiempo, de acuerdo con la demanda y la oferta de sus productos, lo que se refleja de manera directa en la distribución de sus resultados e ingresos.
Cuando terminamos 2015 su actividad vinculada a los videojuegos aportaba el 44% de lo que ganaba y su centro de datos 7%, con la venta de tarjetas “OEM y otros” 28%. El año pasado el Data Center fue responsable del 56% de los ingresos, juegos del 34% y OEM de apenas el 2%:
Nvidia ha venido cambiando rápidamente la estructura de su negocio
Otro punto donde se vislumbra una importante variación en la generación de ingresos es por la zona geográfica donde estos se originaron. Mientras en 2020 apenas el 8% de lo que le entraba provenía del suelo norteamericano, este año es el 31%. Y mientras en aquel entonces el 39% de lo que se generaba surgía de otros países (básicamente la UE) y 25% de China, hoy son el 22% y 21% respectivamente.
Nvidia esta concentrando sus negocios en los EE. UU.
¿Qué espera ahora la compañía para este primer trimestre 2024?
Que los ingresos trepen a u$d 24,000 millones (+/-2%), que el margen bruto ronde u$d 18,312 (o 76.3%), que los gatos operativos mantengan en torno a los u$d 3,500 millones, que otros ingresos sumen u$d 250 millones y que la tasa impositiva no exceda el 17% (+/- 1%).
El impacto del balance
En las cuatro ruedas previas al balance, el papel había caído 8.7%. Unas horas antes del cierre y ser difundido -ese día el papel retrocedió 2.9%, lo que habla de la eficiencia del mercado, pero no de la de los operadores- el mercado de opciones nos hablaba de que el papel podría saltar 11% hacia arriba o hacia abajo. Finalmente, el jueves, cerró sumando 16%, lo que parece mucho, pero no es más que una suba, desde que el papel comenzara a cotizar en enero de 1999, que se dio igual o mayor 29 veces, en promedio poco mas de una por año.
Al día siguiente, viernes, tras arrancar trepando más de 4.9% en la primer parte de la rueda, el papel acotó el alza a 0.36% y tras el cierre caía 0.16%. Así que nada que no estuviera fuera de lo probable y un efecto que no pasó de 24 horas.
Lo que si fue excepcional es lo que esto significó para la compañía, un salto en su capitalización de U$D 247,000 millones, el mayor salto diario de la historia en la capitalización de cualquier cotizante.
Después de un pésimo 2022, en que el papel cedió mas de 40%, en mayo de 2023 asomó la euforia
Mirando hacia adelante
Cuando pensamos en Nvidia, tenemos que hacerlo como una empresa que lo que ha venido haciendo es acelerar la capacidad de trabajo de las computadoras, abriendo en el camino –posiblemente más por casualidad que cualquier otra cosa– la puerta para el desarrollo de la Inteligencia Artificial a través de su plataforma CUDA (que a hoy es su mayor ventaja).
A pesar de la proverbial capacidad de adaptación de la firma y su línea directiva, este camino no ha sido fácil. Hoy todos festejamos su impresionante resultado y el 239% que ganaron sus acciones en 2023, apuntando a que esto seguirá así casi indeterminadamente… pero nadie habla del 40% que cedió el precio de sus acciones en 2022 ni el pobrísimo resultado contable de ese año.
Dese ya que se vislumbran puntos brillantes en su futuro. Por ejemplo, tras el fracaso de su Metaverso y viendo el éxito del ChatGPT, el mes pasado Mark Zuckerberg, anunció su intención de adquirir 350,000 tarjetas H100 (ya tiene el equivalente a 250,000) para desarrollar su propio mega proyecto de Inteligencia Artificial Abierta, lo que le representaría a Nvidia ventas por u$s14.000 millones.
Pero también hay de las otras. A los crecientes problemas regulatorios por dominio del mercado, en particular el de la AI que es lo que le dio el espaldarazo el año pasado, y a las acusaciones de prácticas monopólicas, suma la “cuestión China”.
En septiembre pasado el gobierno de Biden -si Trump gana la presidencia esto no promete sino empeorar- prohibió a Nvidia venderle a Beijing los chips A100 y H100, ante el peligro que sean utilizados en áreas militares. La respuesta de la empresa fue desarrollar el A800 y el H800 (más lentos) que aparentemente cumplían con los parámetros exigidos, a pesar de lo cual fueron inmediatamente vetados. Si bien siguen buscando alguna alternativa, en el ínterin sus ex-clientes chinos, Baidu, Huawei, Xiaomi y Oppo, comenzaron -como Amazon, Alphabet y Microsft en los EE. UU.- a desarrollar e imponer sus propios aceleradores. Es cierto que por ahora son de menor calidad y más lentos que los de Nvidia ¿pero hasta cuándo?