El micromanagement tiene una connotación negativa, pero en algunas circunstancias, puede agregar valor a las tareas de los colaboradores. ¿De qué manera?
Algo que no se dice abiertamente, pero que sucede en gran parte de las organizaciones, es que muchos directivos desearían tener en su equipo a líderes que estén en todos los detalles, que estén al tanto de lo que hacen sus equipos y que puedan hacer lo que se requiere con excelencia. Y estos atributos describen a la perfección a un micromanager. Aunque, en general, este concepto se asocia a cualidades negativas, es posible que una microgestión bien realizada tenga efectos positivos en las organizaciones, no solo en la productividad de sus equipos sino en la moral y en la cultura. Si podemos encontrar al lado positivo en el estrés, ¿por qué no en el micromanagement?
Entre las características positivas que podemos encontrar de un micromanager es que son personas que tienden a estar muy involucradas y comprometidas con el trabajo que desempeñan, conociendo qué es exactamente lo que hace cada persona de su equipo. Estar en todos los detalles les permite anticiparse y prevenir cualquier posible resultado negativo.
Otra cualidad es que, en su fuerte orientación a resultados, buscan que cada persona dé lo mejor de sí. Para ello enseñan, asesoran e impulsan a las personas a que den lo máximo y, en caso de detectar un error, buscan corregirlo rápidamente y monitorearán para que no se repita.
El micromanagement es una herramienta de gestión adecuada para ciertas ocasiones, con ciertas personas y durante un cierto tiempo (Getty)
Además, aunque no lo creamos, los micromanagers saben ponerse en los zapatos de los demás, porque ellos conocen al detalle lo que se necesita para desempeñar una tarea, conocen las fortalezas y debilidades de las personas y pueden entender naturalmente cuando ocurre un problema. Esto los dota de un sentido de oportunidad para saber cuando y hasta cuando presionar, o cuando dar un espacio para no “romper”. Debido a que para asegurar los resultados deben tratar con diferentes personalidades, tienden a adoptar con facilidad diferentes estilos para poder liderar a los equipos hacia donde deben llevarlos.
En determinadas funciones, como por ejemplo en áreas de calidad, seguridad, auditoría o de servicio al cliente, son grandes analistas de las causas raíz de los problemas o quejas, ya que revisarán todos los detalles, investigarán completamente la situación y buscarán resolverlos, para luego implementar medidas que tiendan a anticipar nuevos inconvenientes.
Como obtenemos lo que controlamos, el exceso de control puede generar un desvío de conductas, un desgaste en la confianza y la desmotivación de los equipos (Getty)
Ocho momentos que justificarían el micromanagement
Así como existen momentos en que los colaboradores necesitan ser empoderados y dotados de la libertad y confianza para desempeñar sus funciones, en otras requieren ser micro gestionados (aunque siempre debe evitarse el control excesivo). Entre ellas encontramos:
1-Cuando los empleados son nuevos: debido a que no sabremos cómo trabajarán, qué decisiones tomarán o cómo tratarán a los demás hasta que los veamos en acción, los nuevos colaboradores necesitan una estrecha supervisión hasta que demuestren buenos hábitos y desempeño. A veces, asignarles todas las tareas a la vez y dejar que avancen con ellas puede hacer que se sientan estresados, sin apoyo y abrumados. En cambio, ayudarles a dividir las tareas, verificar regularmente su progreso y estar disponible para ayudar puede garantizar que los nuevos empleados se adapten y se sientan felices en su función.
2-Cuando un empleado hace muchas preguntas: si un empleado envía muchos mensajes o correos electrónicos detallados sobre su trabajo y hace muchas preguntas sobre cómo proceder, está pidiendo ayuda. Especialmente las personas que son muy estructuradas tienden a requerir más microgestión cuando no tienen todas las respuestas necesarias para proceder con confianza.
El micromanagement puede ser correco cuando la empresa está en crisis: si una empresa atraviesa un mal momento o un período de incertidumbre, puede ser importante microgestionar al equipo (Getty)
3-Cuando los colaboradores aprenden nuevas habilidades: en ocasiones, la microgestión es parte de un proceso de capacitación. Un buen mentor debe saber monitorear de cerca a los alumnos para garantizar que se adquieran los conocimientos y se desarrollen las habilidades de manera adecuada. Aprender algo nuevo puede enfrentarnos a dificultades, por lo que un micromanager estará ahí para orientarnos y brindarnos retroalimentación, hasta que ganemos confianza y capacidad.
4-Cuando los empleados están en problemas: existen ocasiones en las que las personas no están teniendo un buen desempeño o poseen una mala conducta, por lo que necesitan observación adicional, entrenamiento y estímulo. La microgestión puede ayudar a que comprendan que no han estado cumpliendo con lo que se espera de ellos y podría evitar que continúen con el comportamiento negativo o mal desempeño en el tiempo.
5-Cuando hay que lidiar con tareas urgentes: si los colaboradores no perciben cuán importantes son las restricciones de tiempo en los proyectos, el micromanagement es útil para asegurarse de que todo se haga dentro del límite establecido. Más allá de que se haya comunicado la urgencia de las tareas, a veces el responsable del proyecto es quien debe seguirlas y asegurarse de que se completen con un estándar apropiado.
Puede ser bueno cuando los empleados son nuevos
6-Cuando se están desarrollando nuevos procesos: implementar nuevos procesos puede ser una tarea bastante difícil, especialmente en épocas de transformación digital, que puede empeorar si la persona a cargo de ellos no ayuda al personal a aclimatarse a los cambios. No es suficiente explicar el proceso y dejar que la gente se ponga a trabajar, ya que esto puede provocar errores o que algunas personas no cambien su forma de trabajar. La microgestión puede ayudar a detectar problemas, a asegurar que todos trabajen de la misma manera y a brindar cualquier orientación o capacitación adicional que pueda ser necesaria para que los nuevos procesos se vuelven exitosos mucho más rápido.
7-Cuando la empresa está desarrollando un nuevo mercado: Si una empresa se está moviendo hacia un nuevo mercado, la decisión de microgestionar a los empleados dependerá de la habilidad y competencia del equipo, ya que podrán comportarse como nuevos empleados o adquiriendo nuevas habilidades en un contexto desconocido por ellos.
8-Cuando la empresa está en crisis: si una empresa atraviesa un mal momento o un período de incertidumbre, puede ser importante microgestionar al equipo para asegurarse de que todos sepan que existe un plan que mejorará la estabilidad de la organización. La microgestión ayuda a la transformación de una organización que está con fuertes cambios, debido a que todos deben trabajar juntos en una misma dirección y con un mismo compromiso, cubriendo tareas que dejan empleados que eventualmente se marchen, y siguiendo de cerca los indicadores críticos que permiten monitorear el progreso.
Algo que no se dice abiertamente, pero que sucede en gran parte de las organizaciones, es que muchos directivos desearían tener en su equipo a líderes que estén en todos los detalles
Por supuesto, todo en su justa medida. El micromanagement es una herramienta de gestión adecuada para ciertas ocasiones, con ciertas personas y durante un cierto tiempo. Como obtenemos lo que controlamos, el exceso de control puede generar un desvío de conductas, un desgaste en la confianza y la desmotivación de los equipos, lo que impacta en el valor que el talento tiene para aportar a la organización y a sus clientes. Recordemos que la dosis hace al veneno.
*Diego Pasjalidis es ingeniero especialista en estrategias, innovación y transformación digital, autor del libro Inspiración Extrema. Director de Innovación & Negocios de Stefanini Argentina y conferencista. Miembro de la Comisión Directiva del Buenos Aires Tech Cluster.