Pasar de monetizar nuestros ahorros en un plazo fijo o de únicamente comprar dólares a invertir en el mercado de capitales parece muy complejo pero no lo es.
En un país con una alta inflación y una depreciación constante de la moneda es lógico que sus trabajadores quieran cuidar el poder adquisitivo, es por eso que los argentinos están acostumbrados a comprar dólares y ahorrar en esa moneda o en invertir en plazos fijos. Sin embargo existen muchas más herramientras en el mercado de capitales.
Pero antes de adentrarnos en este mundo es necesario definir algunas cuestiones. Será importante primero ver qué tipo de perfil inversor somos. Para eso se puede completar una guía básica de preguntas que están disponibles en un montón de plataformas. Las variantes son: moderado, conservador o arriesgado. El resultado dependerá de cuánto estaremos dispuestos a perder en pos de conseguir más rentabilidad.
La segunda decisión importante que debemos tomar es qué monto invertiremos y que objetivos tendremos: puede ser corto, mediano o largo plazo. Esto también determinará que instrumento financiero elegiremos en un futuro. Es acá, en este punto, que conviene hablar con un asesor financiero de confianza y si no se tiene uno, en el banco o en un broker de bolsa, habrá mucho personal dispuesto a satisfacer las dudas.
Para operar en el mercado de capitales es necesario acudir a un agente de negociación y/o liquidación, registrado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), quien actúa como intermediario. Un broker puede ser un corredor de bolsa, un banco, o una empresa de inversión. Será necesario abrir una cuenta comitente. Muchos agentes no piden un mínimo para invertir y solo cobran comisión por comprar y vender.
Hay muchos instrumentos para elegir pero vayamos a la división más general:
- Renta Fija: se conoce con anticipación cuál será la ganancia de la inversión. El riesgo es bajo y la renta ya está predefinida. Ejemplo: plazo fijo, fondos comunes de inversión de renta fija, bonos y obligaciones negociables.
- Renta Mixta: son instrumentos de inversión que tienen algunos activos de renta fija y otros de renta variable. Poseen un riesgo intermedio. Ejemplo: fondos comunes de inversión de renta mixta.
- Renta Variable: tienen un alto nivel de riesgo y alta volatilidad, o sea, variaciones en sus precios. Ejemplos: acciones de empresas.
Una vez que se tenga el monto, la cuenta comitente en el broker o banco, se definan los objetivos y el perfil del inversor, tu asesor de confianza te puede armar una cartera de inversiones. La diversificación ayuda a minimizar los riesgos. Un inversor inexperto podrá ingresar en un Fondo Común de Inversión, por ejemplo, y uno con un perfil más arriesgado podrá comprar acciones en el Merval o adquirir Cedears que son algunas de las opciones en estos casos.