Conocé la historia de uno de los estafadores millonarios más grandes que pasó por Wall Street; dólares, engaños, suicidios, entre otras cosas.
Dentro de un contexto financiero complicado en Estados Unidos por la crisis del 2008, apareció en escena uno de los mayores criminales financieros de la historia del país anglosajón: Bernard Lawrence Madoff.
El reconocido “Gurú” de las finanzas se declaró culpable ante el Tribunal Federal de Manhattan por perpetrar la mayor estafa de la historia. Condenado a 150 años de prisión, Madoff vio caer su imperio tras destaparse un fraude piramidal de proporciones astronómicas, dejando un agujero de US$65.000 millones.
La historia de Madoff es un relato de traición y tragedia. Los mismos hijos de Bernie, Mark y Andrew, fueron los encargados de entregarlo a las autoridades cuando descubrieron que el negocio que él sostenía desde, en teoría 1990, era una farsa.
Este hecho marcó el inicio de una espiral descendente que terminaría en desgracia para la familia Madoff. Mark, de 46 años, se quitó la vida dos años después del arresto de su padre, mientras que Andrew falleció víctima de cáncer en 2014.
De todas formas, las muertes de sus hijos no van a ser las únicas preponderantes en toda esta historia. Luego de estallar la bomba y de que tanto bancos, entidades financieras y personas pierdan miles de millones se revelaron algunos suicidios producto de la gran estafa.
Cómo fue la estafa de Bernie Madoff
La estafa de Bernie Madoff fue una trama sofisticada que operó durante décadas, engañando a miles de inversores y dejando un rastro de destrucción a su paso. Utilizando un esquema piramidal, Madoff convenció a sus clientes de que estaba generando grandes ganancias en el mercado, cuando en realidad estaba utilizando el dinero de nuevos inversores para pagar los retornos de los antiguos.
La estafa dependía de ciertas bases fundamentales que eran vitales en el crecimiento de semejante “cuento del tío”. La primera base era sumar clientes de forma ilimitada (algo que consiguió y con grandes fortunas del mundo). La segunda base fundamental, como en todo esquema ponzi, es que todos los inversionistas no quieran sacar el dinero de la inversión al mismo tiempo. Dada la crisis del 2007-2008 (la mayor después de la del 30), muchos inversores quisieron retirar sus fondos destapando una olla a presión.
“Imaginen volver a casa cada noche y no poder contarle a su mujer, vivir con esta guillotina sobre la cabeza sin decirle a tus hijos, a tu hermano, verlos cada día en la oficina y no poder confiarles lo que pasa”, comentó Madoff en una serie de conversaciones con el periodista y editor de la revista New York, Steve Fishman.
Pese a haberse descubierto esto en 2008, hacía ya algunos años que se podía prever que el imperio de Bernie tenía fecha de caducidad. Harry Markopolos, un gestor de inversiones experto en el mercado, había presentado en 1999 una denuncia a la justicia de Estados Unidos declarando todo lo que estaba sucediendo con el exitoso gurú. Sin embargo, no fue hasta nueve años más tarde que se le dio importancia a lo que decía Markopolos reconociéndole la validez de su denuncia.
Luego de, por lo menos, 18 años de estafas, se reveló la gran estafa hecha por Barbie. Una vez esclarecido el asunto, y luego de años de engaños a sus familiares y clientes, las perdidas millonarias generaron una ola de suicidios que también forman parte de la oscura trama.
Sumado al suicidio de su hijo Mark, se sumaron algunos más como por ejemplo el del ex financista francés Thierry de Villehuche, que decidió cortarse las venas por perder entre 1500 y 2000 millones de dólares que eran sus ahorros y de sus clientes. Además, se sumó la muerte de William Foxton, un exveterano de guerra inglés que se pegó un tiro por haber confiado en el “gurú” todos los ahorros de su familia.
Madoff, desde su celda, confesó haber “destruido a su familia”, el único remordimiento que pareció albergar. A pesar de haber causado la ruina de miles de inversores y provocado suicidios, el exfinancista mostró poco o ningún arrepentimiento por sus acciones. “Dicen que soy un sociópata, pero soy una buena persona. Confesé todo lo que hice”, se excusa.
“Yo les decía que no invirtieran más de lo que podían permitirse perder: ‘Esto es la bolsa, puede fallar. Yo mismo puedo hacer algo estúpido’. Todos lo entendían, pero todos son codiciosos. No es una excusa, pero eso es lo que pasó”, declaró Bernie tiempo después de su sentencia.
Bernie Madoff, condenado a 150 años de prisión
El 29 de junio de 2009, Bernie Madoff fue sentenciado a 150 años de prisión, el máximo permitido por la ley. Esta condena marcó el final de una saga que sacudió a Wall Street y dejó al descubierto la corrupción y la codicia que pueden existir en el mundo de las finanzas.
A pesar de su condena, Madoff pareció encontrar cierta comodidad en prisión, incluso llegando a monopolizar el mercado de chocolate en el penal para especular con los precios; el viejo zorro de Wall Street necesitaba seguir haciendo de las suyas tras las rejas. Incluso, según el periodista Steve Fishman, Bernie era una especie de ídolo o héroe entre todos los convictos del penal, lo que hizo que su estadía en la celda sea más llevadera. Sin embargo, su salud se deterioró con el tiempo, y a los 82 años solicitó prisión domiciliaria, petición que le fue denegada.
De todas forma, Madoff pasó sus últimos días solo en un hospital; falleció el 14 de abril de 2021. A pesar de los crímenes cometidos, Madoff sigue siendo recordado como uno de los mayores estafadores de todos los tiempos, cuyo legado será difícil de olvidar.