Quién es Joe Kiani, el multimillonario iraní que se hizo rico con el Covid-19 y ahora desafía a Apple

Es uno de los millonarios de la tecnología médica que busca fusionarse con los relojes inteligentes para la comodidad de los pacientes. Joe Kiani es uno de los millonarios de la tecnología médica por ser el fundador y el director ejecutivo de Masimo. Esta empresa no sólo busca competir contra Apple en el mercado de relojes inteligentes, sino que la demandó […]

Es uno de los millonarios de la tecnología médica que busca fusionarse con los relojes inteligentes para la comodidad de los pacientes.

Joe Kiani es uno de los millonarios de la tecnología médica por ser el fundador y el director ejecutivo de Masimo. Esta empresa no sólo busca competir contra Apple en el mercado de relojes inteligentes, sino que la demandó por acusaciones de apropiación indebida de secretos comerciales e infracción de patentes.

La empresa fundada por Kiani es reconocida a nivel mundial por sus oxímetros de pulso, unos dispositivos que se aplican en los dedos y que permiten medir el nivel de oxígeno en sangre. Esta herramienta es utilizada en hospitales de todo el mundo.

Durante la primera parte de la pandemia, Masimo lanzó un oxímetro de pulso con una pulsera inteligente que se vincula a una aplicación para teléfonos inteligentes. Este producto fue un éxito rotundo en cientos de hospitales que lo proporcionaron a los pacientes de Covid-19 y les permitió mantener un seguimiento de sus enfermedades desde sus hogares.

Cómo inició su fortuna Joe Kiani, multimillonario iraní

A pesar de sus orígenes en Irán, Kiani creció en Estados Unidos desde los cuatro años. Este traslado ocurrió porque su padre ingresó al país norteamericano a estudiar. Pero durante su adolescencia, su progenitores se volvieron por trabajo a su país natal y dejaron a sus dos hijos solos a una temprana edad.

Kiani se graduó del instituto a los 15 años y se unió a esa edad a la Universidad de San Diego, donde estudió ingeniería electrónica mientras trabajaba de medio tiempo en un comedor. A finales de 1980, el iraní aceptó un trabajo para diseñar un oxímetros porque los que había en ese momento daban señales falsas por movimientos de los pacientes.

A sus 24 años, Kiani argumentó que con sus conocimientos sobre procesamiento de señales y filtros adaptativos podía ayudar a eliminar las falsas alarmas de los oxímetros pero la empresa donde trabajaba no demostró interés. Así que fundó Masimo ese mismo año, a través de una hipoteca de 40 mil dólares. Continuó con su anterior trabajo y dedicó sus noches a su nueva empresa hasta que logró dar con su primer prototipo de oxímetro y revolucionó los hospitales de todo el mundo.

Masimo

Las acciones de Masimo ingresaron a la bolsa de valores en 2007 por valor de más de 500 millones desde su salida. Kiani continua teniendo una participación del 8,5%, por valor de 650 millones de dólares y apuesta por que los dispositivos médicos se fusionen cada vez más con la electrónica de consumo.

Joe Kiani quiere competir con Apple en la tecnología médica

El empresario iraní entró en una competencia de varios frentes contra la empresa estadounidense. Para comenzar, lanzó una línea de relojes inteligentes que aplican la tecnología de sus oxímetros de pulsos y su amplio recorrido en el sector de salud. Estos productos compiten de manera directa con los Apple Watch.

La visión de Kiani se basa en que sus dispositivos miden con precisión los signos vitales y quiere que las personas con enfermedades crónicas obtengan mediciones exactas a través de sus relojes. Con sus nuevos productos quiere llevar los minuciosos testeos de los hospitales al hogar de cada paciente.

El otro frente que Masimo tiene con respecto a Apple, es en la batalla jurídica. La empresa de Kiani presentó un reclamo por robó de secretos comerciales y de infringir las patentes de Masimo relacionadas con la oximetría de pulso y las mediciones no invasivas. El conflicto comenzó en 2013, cuando ambas empresas se reunieron para intentar trabajar en conjunto pero Apple se desligó rápidamente porque no le interesaba el mercado en que el iraní se había enfocado.

Estas series de demandas son una gran apuesta para el futuro de Masimo pero, desde la empresa tienen una visión favorable del posible resultado. Anteriormente tienen buenas experiencias desde lo jurídico tras un acuerdo financiero con Nellcor que les generó 800 millones de dólares por daños y regalías. Además de ganarle un fallo a Philips por 300 millones de dólares.