Atilra denuncia incumplimientos en el pago de salarios y se abre un nuevo frente que paralizaría a la cooperativa láctea que busca salir a flote.
Apenas meses atrás, desde la cooperativa SanCor comunicaban que se abría un nuevo horizonte para la firma luego de haber llegado a un acuerdo con el gremio Atilra y que incluso había posibles inversores interesados en la compañía. Ahora todo eso quedó atrás y la empresa láctea está otra vez encerrada en su laberinto, con problemas para pagarle a sus empleados y con un nuevo conflicto gremial en puerta.
La realidad es que la empresa reconoció estar bajo un “estrés financiero” que le impide cumplir regularmente con sus obligaciones salariales, lo que la llevó a la necesidad de fraccionar los pagos a su personal. Esta situación encendió las alarmas en la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra). El gremio señala incumplimientos por parte de la empresa y evalúa presentar reclamos ante la Secretaría de Trabajo de la Nación. Entre las medidas posibles, no descartan la convocatoria a huelgas o interrupciones en la actividad.
La falta de liquidez para sostener las operaciones diarias se convirtió en un obstáculo central para SanCor, que advierte que, sin nuevos aportes financieros en los próximos meses, la cooperativa podría enfrentar un futuro incierto. Lo cierto es que por ahora tampoco apareció ningún inversor concreto en aportar justamente capital de trabajo.
Conflicto gremial
Pese a los intentos de reestructuración en los últimos años, los conflictos laborales fueron un escollo recurrente. En octubre de 2023, por ejemplo, un bloqueo sindical comprometió la producción de millones de litros de leche, agravando aún más la frágil situación financiera de la empresa. Aunque en agosto de 2024 lograron un acuerdo para normalizar actividades y salarios tras meses de conflicto, las dificultades financieras persistieron, evidenciando que las soluciones aplicadas no fueron suficientes.
En el medio del conflicto gremial que llevó a la paralización de sus plantas de producción, pasó quizás lo peor para la empresa: perdió su porción de mercado y los productos de la marca prácticamente desaparecieron de las góndolas de Argentina. Ahora la empresa necesita urgentemente fondos frescos para salir a flote, algo que parece prácticamente una utopía, porque, en primer lugar, no es sujeto de crédito, ya que arrastra deudas millonarias, y en segundo término, el sector lácteo viene de experimentar un año muy complejo con una fuerte caída de ventas por el deterioro del poder adquisitivo de la población.
Más recientemente, SanCor informó que las medidas de fuerza sindicales le generaron pérdidas superiores a $4.500 millones, sumándose a los desafíos financieros que ya enfrentaba. Ese cóctel explosivo puede terminar siendo el fin de la cooperativa láctea que en algún momento fue una de las empresas líderes del sector en Argentina.
Según pudo averiguar Ámbito, por el momento no hay una solución tangible para la cooperativa y así lo expresan desde la firma. Necesitan fondos para no entrar nuevamente en un conflicto con el gremio, mientras en paralelo Atilra presiona y pone a la empresa contra las cuerdas, una vez más.