El llamado “dólar colchón” es una opción cada vez menos atractiva dada la inflación que atraviesa el país norteamericano: 7,7% anual, una de las más altas de los últimos 40 años.
En la actualidad, para los ahorristas que guardan dólares y deciden no invertirlos, está estrategia ya no resulta beneficiosa. El llamado “dólar colchón” es una opción cada vez menos atractiva dada la inflación que atraviesa el país norteamericano: 7,7% anual, una de las más altas de los últimos 40 años. Frente a este escenario, son cada vez más frecuentes las consultas de cuáles son las mejores alternativas para cuidar el capital.
En ese marco, es fundamental buscar inversiones que hagan frente al costo que significa tener el capital frenado con casi un 8% de inflación anual. Si bien el contexto macroeconómico presenta nuevos desafíos, no hay que paralizarse. Por el contrario, es necesario generar alternativas para mitigar el efecto de la inflación en los capitales.
Los mercados latinoamericanos se caracterizan por operar mayormente en dólares, tendencia que se profundiza aún más en Argentina como consecuencia directa de la búsqueda de una moneda sólida como resguardo de valor. Actualmente, según datos del INDEC, los argentinos conservan USD 240.000 millones en billetes, lo que representa el 10% de los dólares que circulan en el mundo.
Hoy en día existen diversos instrumentos de inversión para diversificar el capital: bonos, acciones, inmuebles, criptomonedas, plazos fijos y fondos de inversión, entre otros. Cada activo propone plazos, rentabilidades y grados de riesgo distintos. Algunos requieren mayor nivel de seguimiento y conocimiento, otros son más volátiles y riesgosos pero estiman mejores rentabilidades en plazos más cortos. El primer paso es informarse al momento de definir cuál es la opción que mejor se adapte a las necesidades de cada inversor.
Una buena forma de invertir aún en un contexto de inflación en dólares, es la de posicionarse en activos reales que generen rentas que acompañen la suba de precios. Al buscar dónde invertir, es recomendable considerar la opción de diversificar en bienes tangibles, es decir inmuebles, como una forma de proteger el patrimonio frente a la volatilidad de los mercados financieros, y que han demostrado ser una inversión relativamente segura, que no suele depreciar su valor.
El Real Estate es uno de los activos que mayor protección genera en contextos de inestabilidad económica, dentro del cual el modelo de viviendas multifamiliares estadounidenses se destaca por brindar la posibilidad de diversificar fácilmente la inversión sin la necesidad de contar con un gran capital.
Este modelo de inversión se basa en alquileres residenciales, de edificios ya construidos que generan renta inmediata en dólares. En contextos de inflación o crisis, forma parte del conjunto de activos de “economía dura”, ya que se encuentra alejado de la especulación financiera y está sustentado en la vivienda de la gente.
Este mercado ha demostrado históricamente una excelente performance, en 2021 presentó un volumen de inversión récord de USD $335.300 millones, según un informe de Real Capital Analytics.
Año tras año el Multifamily se consolida como una excelente alternativa a largo plazo con interesantes rentas para quienes buscan estabilidad en un contexto de incertidumbre global.